El ADN (ácido desoxirribonucleico) se halla en el núcleo de cada una de las células de nuestro cuerpo. En el interior de dicho núcleo, el ADN forma 46 filamentos cromosómicos diferenciados (o cromosomas), que suelen aparecer en forma de 23 pares. Cada cromosoma se halla compuesto de múltiples genes, cada uno de los cuáles, a su vez, es responsable de una función o bien de una característica biológica específica. Para transmitir sus mensajes o instrucciones a las células, el ADN emplea ARN (ácido ribonucleico), el cual actúa como un “teléfono”. Además, el ADN genera una corriente eléctrica y, como resultado, funciona como un pequeño motor. Del mismo modo en que una corriente eléctrica que pasa por un circuito cerrado crea su propio campo magnético, la espiral del ADN, que vuelve a enrollarse sobre sí misma, es sensible a influencias magnéticas.
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